Entrevista a Laura Rojas-Marcos
“Tras la crisis ayudaría revisar el sistema y hacer autocrítica”
El próximo día 2 de noviembre el Club de RRHH celebra su acto de inicio de curso con la IX entrega de Premios a las Buenas Prácticas y una conferencia de Laura Rojas-Marcos titulada “Gestionar la incertidumbre en tiempos de incertidumbre”.
Con motivo de esta conferencia, la doctora Laura Rojas-Marcos, ha concedido una entrevista a El Periódico Mediterráneo y nosotros la compartimos.
Laura, el ser humano ha vivido siempre en una incertidumbre. ¿Por qué parece más complicado ahora gestionarla?
Convivir con la incertidumbre es parte de la vida y no podemos evitarla, por lo tanto, aprender a desarrollar estrategias de afrontamiento para poder gestionarla siempre nos ayudará a vivir mejor. Sin embargo a partir de la pandemia, muchas personas han sufrido y conviven con heridas emocionales profundas que han afectado negativamente su capacidad para afrontar situaciones adversas. Esto dificulta su gestión ya que aún están en proceso de duelo y de recuperación.
¿La habilidad para gestionar la incertidumbre y ser resiliente es innata? o ¿se puede aprender?
Nuestra capacidad para aprender a adaptarnos a los cambios y gestionar los sentimientos de incertidumbre es innata, lo llevamos en los genes, así como es nuestra capacidad para desarrollar una personalidad resistente, o resiliente. El ser humano es un gran superviviente, capaz de superarse y de sacar las fuerzas necesarias para sobrevivir. La mayoría de las personas tienden a aprender de la experiencia para al final crecer y superarse a sí mismo.
En EE. UU. tras el azote de la pandemia se habló de una epidemia de resign. Parece que en España eso no se ha dado. ¿A qué se debe? ¿Es un problema sistémico, de estructuras, o de mentalidad?
El concepto ‘La gran renuncia’ surgió en Estados Unidos y es un término acuñado al psicólogo Anthony Klotz. Se refiere al fenómeno ocurrido una vez pasado lo peor de la pandemia del covid en la que miles de personas abandonaron sus empresas voluntariamente una vez pasado lo peor de la pandemia como consecuencia de la nueva situación socioeconómica tras la crisis sanitaria.
En mi experiencia profesional he conocido casos en los que sí ha ocurrido, pero es una minoría. Es posible que sea a causa de factores culturales y formas de afrontar las crisis.
Se habla mucho de las soft skills pero ¿realmente están valoradas por las empresas?
Cada vez hay más conocimiento y concienciación sobre la importancia de desarrollar las habilidades blandas o soft skills, que a mi parecer son realmente fortalezas asociadas a la inteligencia emocional. Por ejemplo, las personas empáticas, con habilidades comunicativas y que han aprendido a trabajar en equipo teniendo en cuenta el estado emocional de sus miembros, suelen llegar más lejos y obtener mejores resultados.
¿Cuáles son las soft skills que deberían primar en el siglo XXI? ¿Deberían incorporarse al sistema educativo y formativo?
Sin lugar a dudas deberían incorporarse al sistema académico todas aquellas soft skills relacionadas con las habilidades sociales, creativas y comunicativas; respetando los valores y principios básicos.
Cree que el sistema económico y social está anquilosado y no responde bien a la incertidumbre? Porque estamos sufriendo las consecuencias de una crisis mundial con muchos factores (guerra de Ucrania, déficit de suministros, crisis energética…) y muchos de estos componentes escapan al control del trabajador y del empresario. ¿Cómo actuar? ¿Qué podemos hacer como empresa, empleados, gobierno?. ¿Habría que repensar todo el sistema?
Probablemente ayudaría revisar el sistema, hacer autocrítica y tener humildad de reconocer y aprender de los errores. Sólo así podremos aprender a cambiar para mejorar.
¿Cree que hay algún país u organización que debería tomarse como ejemplo de buenas prácticas en este contexto de incertidumbre?
Creo que dado que el ser humano es imperfecto y desde mi punto de vista es difícil nombrar un país u organización perfectos. Lo cierto es que todos tenemos una opinión personal y subjetiva respecto a quién lo hace mejor o peor, o qué se debería haber hecho o no. En cambio, quizá nos ayuda apoyarnos en aquellos que se rigen por un sistema democrático y respetan los Derechos Humanos.
Se están planteando propuestas como el teletrabajo, la semana de 4 días… ¿cree que son recetas útiles en esta situación? ¿Son aplicables a todos los conceptos?
Quizá cada entidad debe valorar sus necesidades y posibilidades respecto a la estructura laboral. En mi experiencia como psicóloga clínica y terapeuta he aprendido que sí es posible incorporar el teletrabajo, algo a lo que me resistía antes de la pandemia, ya que pensaba que no funcionaba bien. Sin embargo, aunque mi preferencia sigue siendo hacer sesiones de forma presencial, he aprendido que estaba equivocada y que en algunos casos (dependiendo del diagnóstico y el tratamiento) sí es posible trabajar con personas que no pueden acudir físicamente a la consulta; las sesiones por videoconferencia funcionan bien y siguiendo unas pautas determinadas, se puede ayudar al paciente.
Nuestra trayectoria vital está marcada por lo desconocido de lo que vendrá y hemos aprendido que nuestras certezas no son tales. ¿Podemos educar en entornos seguros incorporando la incertidumbre y la predisposición a los cambios?
Considero que es nuestra responsabilidad ayudar a las futuras generaciones a aprender desde la infancia a gestionar la incertidumbre y a tolerar la frustración; adaptarse saludablemente a los cambios. Sobreprotegerlos les perjudica al convertirlos en seres dependientes e inseguros. La forma de protegerles es enseñarles las herramientas para que puedan valerse por si mismos, a tomar decisiones, a tener un pensamiento crítico, que desarrollen una personalidad asertiva y segura de sí mismos, y que aprendan el valor del esfuerzo, el compromiso y la perseverancia.