El dilema de la Reforma Laboral
La convulsión política que vive el país no solo se traslada a la esfera personal de nuestra apetencia política, y nos hace participar de forma más o menos directa y más o menos acaloradamente en los innumerables debates, declaraciones o manifestaciones de apoyo a unas u otras posiciones de nuestros sesudos próceres sino que, puede influir incluso en la percepción de conceptos fundamentales que para algunos de nosotros eran claros y diáfanos.
En mi caso, siempre he considerado que el empleo, o mejor dicho el desempleo, era y es la principal lacra para un país como España, con poca especialización laboral, que ha arrojado a muchos millones de personas a la precariedad, cuando no a la marginalidad, y a muchos jóvenes sin perspectiva de futuro, y lo que es aún peor con una sensación de impotencia e incredulidad que se transmite a muchos ámbitos de nuestra sociedad
Por tanto siempre he creído que había que apoyar a aquellas formaciones políticas que promoviesen el empleo. Si primero el empleo, y luego digno y sostenible.
Surge ahora pues, con mayor énfasis, el dilema de la reforma laboral y su derogación o no dependiendo del gobierno que salga de las urnas (más pronto o más tarde porque alguna vez saldrá supongo yo…….), ya que la última reforma laboral surgió, al menos en teoría, para aumentar la tasa de empleo o lo que es lo mismo disminuir la tasa de desempleo.
Unos sacan pecho y siguen apostando por la reforma laboral tal como se viene aplicando, ya que, según sus cálculos, esta última reforma ha creado de forma directa entre 400.000 y 900.000 puestos de trabajo en los últimos 3 años. Por tanto, garantía de futuro en este aspecto y, es más, de continuar en el gobierno, profundizarían aún más en ella mediante una legislación favorecedora de la restricción a la intervención de los jueces en las decisiones relativas a los conflictos laborales ya que, esas intervenciones, según ellos de nuevo, no ha hecho más que lastrar y dañar la creación de empleo y que en su máxima expresión hubiese reducido en un 50% la tasa de desempleo nacional. Por otra parte, legislarían una mayor flexibilidad laboral con reducción de la indemnización por despido.
Si es una quimera no lo sé, pero veamos que opinan las fuerzas de progreso e izquierda, y qué harían en el caso de ser ellos los encargados de formar gobierno.
Su opinión es que para crear empleo habría que derogar una reforma laboral que ha entregado a las manos de los empresarios el poder de las relaciones laborales dentro de la empresa a través de la negociación colectiva interna que ha llevado a una disminución de los salarios y a una precariedad laboral total.
Abogan por tanto por una profunda modificación del mercado de trabajo pactada entre empresarios y sindicatos, en las que éstos tuvieran una mayor presencia en las relaciones laborales dentro de la empresa, y no aceptarían como mínimo ninguna reducción en la indemnización por despido. Solo así se garantizaría la creación de empleo digno y sostenible como ocurría antes de la última crisis.
Por otra parte, los primeros llevarían la flexibilidad en la empresa a una mayor expresión mediante ajustes en la jornada o en la movilidad laboral; mientras que los segundos, buscarían lo contrario mediante mecanismos de control pactados con los interlocutores sociales.
Queda claro también que muchos empresarios defenderían la primera opción manifestando estar dispuestos a contratar más y favoreciendo a los más jóvenes, aunque con precariedad; mientras que la segunda opción, buscaría la calidad del empleo y una mayor sostenibilidad también para los jóvenes.
No pretendo dar clases de política avanzada pero me preocupa que estas políticas de pacto y de consenso entre unos y sobre todo, la crispación que conlleva, les lleve a adoptar políticas de empleo en cuanto gobiernen, y me refiero en concreto a la reforma laboral, distintas de las que ahora preconizan con lo que el lío y la ralentización en la creación de empleo podrían ser épicas.
Eso es lo que nos debería preocupar y sobre todo no dejarnos convencer por los cantos de sirena y las falsas expectativas a que nos tienen habituados los políticos con tal de gobernar: que nos hagan cambiar nuestra visión de estos temas, influyan en nuestro voto y sigamos sin estar en la senda de creación de empleo que como sociedad moderna hemos de garantizar a todos, especialmente a los jóvenes.
Jose Luis Fulleda
HR Executive Officer
Director de Recursos Humanos UBE Corporation Europe
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